ENTREVISTA Ravi Balakrishnan, jefe de Misión de Perú del FMI
Los riesgos a la baja para la economía peruana han disminuido pero persisten, como una recuperación de la inversión pública menor que la esperada y nuevos impactos adversos del caso Odebrecht, según el FMI.
El FMI mantuvo su proyección de crecimiento para la economía en 2.7% para este año, y en 3.8% para el 2018. El jefe de la Misión del Fondo en el Perú explica los motivos y enuncia los factores que podrían hacer crecer el PBI más de lo previsto, así como los riesgos.
Ravi Balakrishnan destaca el impacto favorable de los precios de los metales.
¿En qué sustentan sus proyecciones recientes de crecimiento de la economía del Perú este año y el próximo, que se mantienen respecto de su anterior reporte?
A principios de año, esperábamos que el crecimiento del Perú en el 2017 se acelerara a más del 4%, debido a un incremento en las exportaciones mineras y a la recuperación de la demanda interna.
Pero choques domésticos inesperados han influenciado significativamente la economía. En particular, la investigación sobre corrupción de Odebrecht ha retrasado la implementación de proyectos de inversión, y las peores inundaciones y deslizamientos de tierra en décadas han causado pérdidas de vidas y miles de millones de dólares en daños a infraestructuras clave como puentes, carreteras y viviendas.
¿Ven mayores riesgos al alza o hacia la baja?
Ahora, esperamos que la economía crezca alrededor Los riesgos a la baja para la economía peruana han disminuido pero persisten, como una recuperación de la inversión pública menor que la esperada y nuevos impactos adversos del caso Odebrecht, según el FMI.
Aunque los riesgos a la baja persisten, principalmente la posibilidad de una recuperación de la inversión pública menor a lo esperado o de nuevos impactos adversos del caso Odebrecht, estos han retrocedido un poco en los últimos meses. En particular, la inversión pública se ha recuperado en los últimos meses y los precios de las materias primas experimentaron un crecimiento significativo entre julio y agosto.
¿Podría esperarse alguna sorpresa por el lado de un desempeño de la inversión privada en el país hacia fin del 2017 y en el 2018, mejor de lo previsto?
Nuestras proyecciones indican que la recuperación de la economía en los próximos trimestres vendría apuntalada principalmente por el mayor gasto público y un menor freno por parte de la inversión privada. Si bien vemos que la inversión pública crece en nuestro escenario base, hay espacio para una sorpresa positiva, en particular si el Gobierno puede ejecutar una gran parte de su ambiciosa agenda de reconstrucción. Un crecimiento más fuerte de la inversión pública podría a su vez tener un efecto catalizador de la inversión privada.
¿Qué otros catalizadores podría haber?
Adicionalmente, el incremento de los precios de las materias primas que se ha observado durante el 2017 podría incentivar una aceleración de la inversión en ese sector (en minería, por ejemplo) y tener efectos colaterales positivos sobre la inversión de otros sectores de la economía, un efecto que hemos observado en el pasado. El FMI prevé cierta reducción en los precios de los metales durante el 2018.
¿Cómo puede afectar al Perú?
Nuestra proyección es que el precio de los metales cerrará el 2017 con un crecimiento superior al 20%, a lo que le seguiría un crecimiento modesto en el 2018 (1.5%). Aunque el precio de los metales todavía se encuentra muy por debajo de los picos alcanzados al principio de esta década, la reciente recuperación de los precios constituye un factor económico favorable para el Perú.
¿Cómo puede favorecer esta evolución a las cuentas del país?
A este efecto de los precios se une la expansión de los volú- menes de producción minera que se ha materializado en los últimos años. Una muestra clara del impacto de estos factores ha sido la mejora significativa de la cuenta corriente de la balanza de pagos, así como también el crecimiento de las reservas internacionales.