Gabriel Monge se refirió a los desafíos del terminal peruano, tras su participación en TOC BULK. Tisur es Asociado ASPPOR
En el puerto de Matarani, en el Sur de Perú, opera el Terminal Internacional del Sur, Tisur, cuyo gerente general Gabriel Monge conversó con MundoMarítimo, tras exponer en el marco de las sesiones de Conferencias TOC Bulk de TOC Américas 2017, realizada en Lima.
La actividad de Tisur no resulta menor, ya que para atender su principal negocio que son las exportaciones de minerales dispone de una capacidad instalada de 400.000 toneladas de almacenaje y, en términos de embarque que varía entre las 1.000 y 2.000 toneladas por hora, explica el ejecutivo.
Además- continúa Monge- el terminal dispone de una batería de tanques de 9.000 metros cúbicos, destinados principalmente al alcohol boliviano para la exportación y “además a través de nuestro puerto, tenemos las tuberías que abastecen el sistema de abastecimiento de ácido sulfúrico en las minas de la región”, puntualiza el ejecutivo.
Tisur, a través de su muelle F, embarca lo concentrados provenientes de las operaciones mineras de cobre de Cerro Verde, Antapaccay y Las Bambas, las que totalizan 3 millones de toneladas, a las que se suman otras 800.000 provenientes de otras operaciones. “No hay que desmerecer el movimiento minero que hay en la zona sur relacionadas a traders y a lo que es la mina Constancia”, apunta el ejecutivo.
Pero Tisur no sólo es un puerto dedicado a la minería, sino que es uno multipropósito que proyecta para fines de este año el movimiento de 7 millones de toneladas. Cifra que lo ubica dentro de los principales terminales peruanos: “Con total humildad quiero especificar que somos el terminal de carga sólida a granel más importante del Perú”, sostiene Monge.
El desafío agroexportador
Gabriel Monge asegura que “hoy estamos viendo con mucha expectativa lo que pueda ocurrir en el mercado agroexportador de la región sur, en relación al proyecto de irrigación Majes Siguas II, que esperamos que continúe por buen camino porque ya está ejecutándose, debiendo generar volúmenes interesantes de carga hacia 2022. Por ello, buscamos alternativas logísticas para ofrecerle el mejor servicio, cosa que hoy en día no necesariamente tenemos, debido al poco volumen de carga contenerizada que manejamos”.
Sin embargo, plantea que “dentro de nuestro plan estratégico está definir qué capacidades necesitamos para obtenerlas en 2022 y así aprovechar toda la carga de agroexportación que se va a generar, evitando que se vaya al Callao”.
El contexto logístico
Una de las preocupaciones de Tisur apuntan a la logística: “Tenemos vías que no necesariamente son las mejores para la cantidad de camiones que tenemos como puerto. Sabemos que hay proyectos al nivel del Ministerio de Transportes y Comunicaciones para mejorarlas y ampliarlas”, acota.
Por lo pronto, explica, al alcance del terminal está la opción de desarrollar mejores condiciones de transitabilidad en sus áreas cercanas. Para ello trabajan en un proyecto que en conjunto con el municipio de Matarani que esperan materializar en 2018 para mejorar la vía de acceso al puerto, e independizar las vías de camiones de carga de la de los vehículos.
Variable medioambiental
Sin duda uno de los factores más preocupantes para una operación y un puerto esencialmente minero es la variable medioambiental. “Las empresas mineras y los nuevos proyectos han tenido algunas complejidades, para poder trasladar la carga al puerto, en cuanto al tema de la relación con las comunidades”, afirma Monge.
En ese sentido señala que “el principal impacto que ocasionamos como puerto, no es la contaminación ambiental, sino que es el impacto vial de los camiones, cuestión directamente relacionada a las pocas condiciones de infraestructura vial existentes en Perú”.
En cuanto a inversiones en tecnología para reducir el impacto del medioambiente, destacó que Tisur cuenta con “el sistema de recepción, almacenamiento y embarque más moderno del Perú con todos los estándares medioambientales, con almacenes con presión negativa y fajas tubulares totalmente herméticas”.
“Cuando desarrollamos esta infraestructura sabíamos que teníamos que operarla en los próximos 14 años, así que no estábamos pensando en lo que estaba vigente en el momento, si no que queríamos los más altos estándares para tener el mejor de los impactos en la comunidad, por decirlo de alguna manera, y no escatimamos en nada, en lo absoluto, para lograrlo”, indicó finalmente.