Asesor del Ministerio de Transportes de Brasil se refirió a esta temática Brasil por su enorme tamaño, es un país donde se conoce de sobremanera la importancia de la conectividad de los centros productivos con los puertos marítimos de comercio exterior. Luiz Fernando García, asesor especial del ministro de Transportes, Puertos y Aviación de dicho país, durante el Foro Portuario de la CCL. “Toda conectividad es importante porque disminuye el costo logístico, porque todo costo logístico lo paga siempre el productor, no es el operador, no es el puerto, no es el operador del buque, ya que el costo siempre recae en el responsable de la producción. En el caso del granel, será el productor agrícola”, señaló al describir como la propia competitividad de los productores se pone en juego a causa de un diseño logístico con deficiencias en la conectividad. En cambio, plantea que “cuando tú tienes una conectividad perfecta, que impacta directamente en la disminución del costo logístico y en el productor, logras un efecto multiplicador de la economía”. Pero hay un factor más que potencia la eficiencia de la conectividad, el multimodalismo. “Sin duda, el transporte multimodal es la esencia”, subraya, destacando la relevancia de disponer de una variada gama de transporte para facilitar el traslado de la producción hacia los puertos: “el transporte ferroviario, el cabotaje (fluvial) y rodoviario deben apuntar hacia un puerto marítimo”, planteando el sistema como una gran estructura con un objetivo común. Para García no es desconocida la tendencia existente en Latinoamérica, en cuanto al desarrollo sobredimensionado del transporte carretero, en contra de la expansión de otras alternativas como el transporte ferroviario. En ese sentido, destacó a las ventajas que aporta este último medio de transporte: “Otorga un beneficio completo, con un menor impacto ambiental y genera una interferencia menor en la vida de la población que vive cerca de los puertos”, señala. Además, explica que los números evidentemente favorecen al tren por sobre el transporte rodoviario: “Mientras que un tren puede llegar a puerto con 200 vagones con 2.000 toneladas cada uno, un camión lo hace apenas con entre 30 y 60 toneladas nomás, con un impacto ambiental y económico muy diferente”, sostiene. Si bien precisó que uno de los problemas de los ferrocarriles es que la inversión inicial es mucho más costosa, lo que incluye las dificultades que impone diversos aspectos que deben ser estudiados como el impacto ambiental, “ya que el trazado de nuevas rutas puede impactar a los bosques y a la conservación ambiental”, señala. Sin embargo, sostiene que al tratarse de inversiones a largo plazo de hasta 10 años, con la suficiente certeza jurídica para los inversores, se pueden desarrollar proyectos interesantes para los inversores.